«Estamos ante una revolución del mundo asociativo»
El otro día, revolviendo entre antigua documentación me encontré con esta entrevista que en 2016 hicieron a Valérie y que, lo podéis apreciar si la leéis, está de rabiosa actualidad.
Desde el inicio de la crisis han desaparecido cerca del 10% de las asociaciones. Los nuevos tiempos significan para ellas un reto donde hay que considerar la llegada de gente más joven y con ideas innovadoras, con una búsqueda mayor del servicio, sin olvidar que la situación económica ha hecho que la preocupación por lo personal y la supervivencia se eleve por encima de los demás. Lo que interesa ahora es conseguir que los profesionales de las asociaciones sean mejores y así generarán más negocio.
¿El modelo de asociacionismo está todavía hoy vigente?
Vigente está y estará siempre. El humano necesita agruparse, no somos seres insociables y necesitamos agruparnos y defendernos. Al final, las religiones y los clubes son formas de asociacionismo. Se agrupan para un objetivo común, una creencia.
La pregunta es si los valores del asociacionismo siguen vigentes; el asociacionismo como tal sí, pero el modelo como lo tenemos hasta ahora no seguirá e irá evolucionando hacia un modelo más horizontal. Los actuales, sobre todo en España que eran Confederación, Federación, Asociación y que al final no se sabe muy bien dónde está cada uno. irán cambiando y se acortarán porque lo que el socio necesita de su asociación es contacto directo, respuestas directas y, sobre todo, acompañamiento, y más en esta sociedad donde la gente está un poco perdida. Entonces, seguirá el asociacionismo pero todavía no estamos capacitados para crear este nuevo marco para las nuevas generaciones y son las que están más alejadas del marco actual.
Ha hablado de que el nuevo modelo será más horizontal, ¿qué quiere decir?
Están surgiendo modelos nuevos sin cuota que están en la red y se reúnen cada semana en un bar para hacer networking y tienen reuniones abiertas. ¿Esto es o no una asociación, porque se junta la gente pero no tienen estatuto de asociacionismo? Se están creando nuevos modelos mucho más libres donde entras, sales, no pagas cuota, pero los objetivos son muy parecidos a los del asociacionismo: Networking y desarrollo profesional y personal. El desarrollo profesional puede llegar a través de formación adecuada al sector o al colectivo, a través de conferencias de expertos y de colaboración y cooperación. Esto es clave hoy porque una pequeña empresa sola es muy complicado que pueda seguir adelante. Necesita tener alrededor un gran número de empresas satélite con las que colabora y coopera y estas cooperaciones se pueden encontrar a través de una asociación. Las plataformas políticas no son ajenas a esta evolución y estamos viendo nuevos partidos mucho más abiertos.
Estamos ante una revolución que tiene dos componentes: Una parte cultural, porque un grueso importante de la sociedad se encuentra anclada en el pasado y se resisten al cambio, y otro cada vez más innovadora, con gente muy joven que quieren romper estos moldes. La colaboración entre ambos bloques no llega todavía a hacer algo en común. En parte porque supone un choque generacional y, en ocasiones, los más jóvenes no saben muy bien cómo colaborar y no entienden los ‘lenguajes’ que se usan.
Saber dónde se va
Entonces, ¿estamos hablando de un futuro con asociaciones más delgadas y con menores vínculos?
Esto da mucho miedo a las asociaciones porque significa perder cuota y no saben de qué vivir. La evolución en lugares como Estados Unidos se dirige hacia un modelo de cuotas gratuitas o casi y pago de servicios útiles. Además, estos nuevos modelos se encaminan hacia cuotas mucho más personalizadas; una misma para todos cambiará porque cada uno busca en la asociación algo diferente. En España hasta ahora hay cuota única, donde muchos lo aprovechan mucho porque van a todos los actos pero otros consideran que por el valor que reciben les parece caro. Hoy en día no es tanto lo que pagas como el valor que recibes. Por lo tanto, se irá hacia cuotas personalizadas donde se pague según lo que se consuma, ya sea información, servicios determinados o asistencia a congresos. No vale lo mismo para todos.
¿Las asociaciones deberían reformularse y convertirse en proveedores de servicios?
No tienen que perder su misión puesto que cada una tiene la suya. Hay asociaciones que se crean para hacer lobby o mejorar la relación institucional, dependiendo del sector y del colectivo se quieren unas u otras cosas de la asociación. Lo importante es estar a la escucha de lo que quiere el socio. No hay un mensaje concreto sobre cómo debería ser una asociación, depende de los socios y cada una tiene que buscar lo que necesita.
En España sería exactamente lo mismo. Han pasado muchos años con un modelo vamos a decir ‘prefabricado’ por la CEOE, que es un modelo vertical que se ha roto, y ahora hay que ir hacia otro donde las asociaciones defiendan sectores y colectivos específicos. Hay que reformular la misión, la visión y los valores que quieren comunicar porque los de hoy quizá son diferentes a los del tiempo de su creación.
Generosidad y colaboración
¿Cuál es el principal valor de una asociación?
Para mí es la generosidad. Si trabajas en el mundo asociativo y no tienes un mínimo de esto estás perdido. Aquí hay que dar antes de recibir. Otro elemento importante es el compartir y respetar el punto de vista de los demás porque hay diferentes perfiles y personas. Si no se consigue crear un clima de respeto y de libertad suele acabar en que hay uno que maneja y manipula la asociación y, por desgracia, lo estoy viendo mucho.
Si la asociación cumpliera su objetivo tendría que ser muy democrática y la realidad es diferente. Cuando me contratan es porque hay un lío, porque 4 ó 5 manipulan la entidad por sus propios objetivos y no los del colectivo. Esto ha hecho morir asociaciones y ha conseguido separar a la gente joven que se preguntan por qué van a gastar su tiempo aquí.
¿Hay mucho de esto en España?
Mucho. Este año estoy trabajando en 7 proyectos diferentes de sectores como farmacia, ingeniería…al final te das cuenta que la asociación se creó hace tiempo con un grupo de socios que pusieron un secretario general en consonancia con sus puntos de vista, pero todo ha ido evolucionando y ellos no han dejado que gente nueva entre. Cuando van mal, haces una encuesta y el problema principal es el secretario general que no se ha adaptado a los tiempos, no ha hecho evolucionar a la asociación que se ha quedado para dar sueldos a un grupo pequeño de personas. Viven de ello pero no con el objetivo de hacer mejorar el colectivo. Han olvidado que no trabajan para ellos y sí para sus socios.
¿Qué otros conceptos podría incorporar el modelo español de lo que se hace fuera?
España es conservadora, y los cambios llegarán por las personas. Hay dos maneras de hacerlo: Tomar conciencia del cambio y hacer un trabajo de adaptación incluido la modificación de personas, que es posible, o directamente la asociación muere. Estos años atrás han desaparecido un gran número de estas entidades. Antes de la crisis la base de datos era de 5.900 asociaciones en España, ahora han desaparecido alrededor del 10%. El resultado del cambio que se necesita depende de la persona, y tú no puedes hacer cambiar a alguien si no quiere cambiar.
Sabemos que el modelo que funciona es el que está más cerca del socio, donde hay una parte de cuota pero no es el 100% del presupuesto, donde hay servicios de pago, y después se cuenta con patrocinadores y colaboradores. Otro elemento importante es fomentar al máximo la profesionalidad, que la asociación aporte valor. La gente que ha conocido la crisis quiere que lo que gastan sea en algo que les vaya aportar, porque ya no se gasta con la ilusión de ‘yo aporto al valor asociativo’ como quizá sí ocurría antes.
Mentalidad de supervivencia
¿La crisis entonces va a sacar mejores asociaciones pero más individuales?
Creo que sí. Se quedará la gente que tiene algo que aportar al mercado. Esto no quiere decir que los que han desaparecido eran malos, porque hay personas muy profesionales pero su sector se ha visto muy castigado, o también hay sectores que desaparecen por ciclos. Lo que está claro es que la crisis ha convertido a las empresas en muy individualistas y buscan la ‘supervivencia’. Lo que buscan en la asociación es algo que le aporte a él, el colectivo es lo segundo. Antes la prioridad era la asociación para defender al colectivo, ahora primero es qué me puede aportar a mí y está muy bien si aporta algo al colectivo.
¿Puede vivir hoy una empresa sin asociarse?
Pienso que no. Hay estudios que señalan que cuanto más asociaciones hay el nivel democrático es más alto. Ahí está Dinamarca, país de referencia a nivel democrático, político, de conciliación familiar y de avance, y es donde más asociaciones hay. Quiere decir que está directamente vinculado. Si se estimula que la gente se asocie quiere decir que tiene un sentimiento de lo colectivo, de la sociedad civil. En España falta esto: La gente se está haciendo tan egoísta, tan de supervivencia…aunque tampoco les vamos a juzgar porque no tienen tiempo a veces para más. Esto está llevando a un nivel de democracia penoso, un nivel político igual y un nivel asociativo mediocre porque no se fomenta todo esto. Tiene su explicación porque todos están ahora fijándose en sus propias empresas y ocupados en sacarlas adelante.
Uno de los ejes de vuestra consultora son las empresas y buscáis implantar una nueva metodología de reinvención, ¿qué quiere decir?
Nosotros siempre buscamos que el cambio no sea algo que indique el líder, sino que sea individual. Para que las organizaciones tengan compromiso en el futuro su personal tiene que estar muy comprometido, tiene que tener engagment en la misión y estar alineados. Cuando entramos en una organización buscamos ir a los valores de la entidad, saber bien por qué se hace, valorar bien la misión y entonces alinear el personal a estos mensajes. En ocasiones las empresas con la crisis se han descolocado y no saben bien dónde quieren ir. La base de cualquier plan estratégico es redimensionar el para qué y por qué de la empresa. Nosotros acompañamos a la empresa para que se den cuenta de lo que quieren, cómo comunicarlo y que cada uno tome conciencia de sus fortalezas y debilidades. Somos una consultora humanista.
Interesa hacer crecer
¿Cómo ve las asociaciones relacionadas con el sector asegurador?
Mi experiencia está en Apcas y creo que el cambio ha estado en las personas. Veo que es un sector que está en periodo de cambio y tiene mucho de aportación personalizada y esto es lo que ha provocado los cambios.
En seguros se da mucha importancia al ahorro en costes, acuerdos de comercialización, ¿qué opina de esto, tiene corto recorrido?
A raíz de la crisis las asociaciones, no únicamente en seguros si no a nivel general, han destinado un gran tiempo y recursos a conseguir acuerdos de colaboración para mejorar los precios y normalmente no es el servicio mejor valorado. Los socios no le dan tanta importancia, de manera global, como a asuntos como el networking para fomentar el negocio. La parte de cómo puedo hacer crecer el negocio sí es fundamental. La parte de cómo ahorrar coste, yo creo que ya se ha ahorrado todo lo que se ha podido.
El socio ve que tiene interés cuando el descuento permite tener mejor posicionamiento para mejorar a nivel profesional. Cuando es descuento puro y duro, estos servicios dedican mucho tiempo pero el socio no le da tanta importancia. Hoy la gente lo que quiere es aumentar ventas y para ello hay que ser mejor profesional y aquí entraría todo lo relacionado con la formación muy técnica, precisa y de alto valor. No de planes de formación mediocres que no aporten valor. En definitiva, toda una serie de medidas para apoyar que el socio venda más y mejor y aquí entrarían los acuerdos de colaboración, mejores precios de ventas.